jueves, 27 de marzo de 2008

Uribe enredado en su “guerra mediática”


Eduardo Tamayo G.

ALAI AMLATINA, 20/03/2008, Quito.- “Más rápido se atrapa a un mentiroso
que a un ladrón” reza el dicho popular que perfectamente puede aplicarse
al Presidente Alvaro Uribe Vélez y su “guerra mediática” con la que
pretende levantar una cortina de humo para ocultar el bombardeo de un
campamento de las FARC en territorio ecuatoriano, en flagrante violación
a su soberanía. En efecto, todavía está fresco el fiasco de la reciente
XXV Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores de la OEA, donde los
diplomáticos colombianos repartieron una foto, publicada en el diario
colombiano El Tiempo, en la que supuestamente aparecía el ministro
coordinador de seguridad interna ecuatoriano Gustavo Larrea reuniéndose
con el ex Nº 2 de las FARC, Raúl Reyes. La foto correspondía en
realidad al dirigente comunista argentino Patricio Etchegaray, quien
inmediatamente salió a desmentir la impostura.

A Uribe le salió el tiro por la culata porque la supuesta prueba de la
vinculación de las FARC con el gobierno ecuatoriano quedó desbaratada y
los cancilleres tuvieron que aprobar una declaración que refrendaba la
del Grupo de Rio, que en lo esencial rechaza la incursión militar
ecuatoriana y dice no a la doctrina de la guerra preventiva diseñada en
Washington.

Realidad y ficción

El primero de marzo de este año se produjo un hecho real, evidente,
incontrastable: militares y policías colombianos penetraron a territorio
ecuatoriano, bombardearon un campamento de las FARC, remataron a los
heridos y se llevaron como trofeo de guerra al cadáver de alias Raúl
Reyes, dejando abandonadas a tres mujeres que quedaron mal heridas,
entre ellas la mexicana Lucía Morett que sobrevivió para contarlo.
Entre los muertos, había cuatro jóvenes mexicanos y un ecuatoriano.

Este es el hecho probado, reconocido por todos, inclusive por el
gobierno de Alvaro Uribe, y rechazado en forma casi unánime por los
gobiernos y los pueblos del continente, con excepción de Estados
Unidos. “América Latina no es Medio Oriente y no queremos un Israel en
esta región”, es el mensaje. Quedó en evidencia el carácter belicista
del gobierno de Uribe y del dueño del circo, George W. Bush, y que el
objetivo de la incursión a suelo ecuatoriano era desestabilizar al
gobierno de Rafael Correa y a la unidad sudamericana en la que soplan
aires de independencia y soberanía que no son del agrado de Washington.

Frente a esta situación, Uribe y todas las fuerzas que lo acompañan y
apoyan a escala nacional e internacional reaccionaron con una estrategia
mediática concertada para distraer y confundir a la opinión pública.
Los medios que han acolitado a Uribe en sus mentiras y medias verdades
tienen nombre y apellidos:

1) El diario El Tiempo de Bogotá.

2) El Grupo Prisa, transnacional española de multimedios que publica en
Madrid el diario El País y es propietario de radio Caracol, la principal
cadena de Colombia, y de otras radios en América Latina.

3) La cadena estadounidense CNN.

4) Ciertos canales y medios ecuatorianos que se hicieron eco de las
informaciones difundidas por los medios citados y cayeron en el juego de
Uribe.

La estrategia mediática era clara: intentar relacionar a las FARC con
los gobiernos de Ecuador y Venezuela y presionar para que Rafael Correa
abandone su política de neutralidad y no injerencia en el Plan Colombia
y llevarlo a que declare como “terrorista” a las FARC, para que asuma
todas las consecuencias que ello implica en el campo militar y diplomático.

Toda esta “guerra mediática” se basa en las informaciones de tres laptop
supuestamente pertenecientes a alias Raúl Reyes que “resistieron” a las
10 bombas de fragmentación que lanzaron los aviones colombianos en el
campamento de las FARC en Angostura. Y de estas laptop, salieron las
supuestas pruebas para relacionar a los gobiernos de Ecuador y Venezuela
con las FARC. Y con estas supuestas pruebas, el gobierno estadounidense
intenta incluir a Venezuela en el “eje del mal” y desestabilizar al
gobierno de Rafael Correa.

Mientras el Presidente Rafael Correa, tras el espaldarazo que recibieron
las tesis ecuatorianas en el Grupo de Rio, declaraba, un poco
apresuradamente: “al final ganamos la batalla informativa a nivel
internacional y nacional”, Uribe proseguía con su “guerra mediática”
utilizando los viejos métodos y trucos de la CIA y la FBI, que le han
permitido pasar de victimario a víctima. Revisemos algunos de ellos.

La propaganda “negra”

En el libro “La CIA sin máscara”, escrito hace 32 años por Gualterio
Cuevas Mardones, se señala que la propaganda “negra” “consiste en la
elaboración de información falsa, convenientemente presentada que, por
su misma naturaleza es difícil de verificar y que tiende a inculcar en
la opinión pública ideas equivocadas sobre temas del mundo
contemporáneo”. El “Ecuador es el refugio y el santuario de las FARC”
es el mensaje uribista que ha sido retomado, entre otros, por el Diario
El País de España. En su edición del 12 de marzo, este periódico,
basándose en una sola fuente (los militares colombianos y las
declaraciones de un tal Miguel, un ex guerrillero del frente 48 de las
FARC), y sin contrastar las fuentes, señala que las FARC cuentan con 11
campamentos en suelo ecuatoriano, ocho de ellos “grandes, con talleres,
polvorines y pistas de entrenamiento en la zona del río San Miguel” y
tres más pequeños en el rio Putumayo”. Las ochos bases permanentes
serían: Rancherías, San José, El Arenal, la Isla, El Limón (Sic), la
Escalera
, Farfán y Puerto Mestanza. Además, asegura que las FARC
soborna a la policía ecuatoriana para que les deje pasar droga y que los
“altos mandos militares ecuatorianos nos apoyan con logística,
armamento, carpas y uniformes”.

El 18 de marzo un grupo de corresponsales de la prensa extranjera en
Ecuador, junto con el Ministro de Defensa del Ecuador, Dr. Wellington
Sandoval, y el alto mando de las Fuerzas Armadas del Ecuador, realizamos
un sobrevuelo en helicóptero por los puntos señalados por El País de
España y encontramos que nada de lo que dice este medio es verdad. No
hay tales campamentos de las FARC, lo que hay son pequeños poblados en
medio de la espesura de una inmensa selva, mayoritariamente habitado por
colombianos. Las FARC están al otro lado de la frontera, en el lado
colombiano.

El ministro Sandoval reitera que al norte el Ecuador no limita con
Colombia sino con las FARC, y específicamente con el frente 48 de las
mismas, que se ubica al frente de la provincia nor oriental ecuatoriana
de Sucumbíos. Más al norte “tenemos a elementos del ELN (Ejército de
Liberación Nacional), el frente 29 de las FARC que está encima del (río)
Mataje y otros grupos relacionados con la droga y el narcotráfico”,
señala Sandoval.

Los irregulares “ocupan todo el borde sur de Colombia y prácticamente se
pasean libremente, el ejército colombiano, por estrategia o como quiera
decir, no toma posesión, no existe soberanía sobre la frontera
colombiana porque está en manos de los irregulares armados”, agrega
Sandoval. Al interior de Colombia se ubica la Brigada Móvil
Contrasubversiva Nº 13 de El Empalme que efectúa ataques puntuales y se
retira.

Unos 8000 soldados ecuatorianos vigilan una frontera de 720 kilómetros,
de los cuales 429 son de selva inhóspita y casi impenetrable. Una
frontera porosa difícil de controlar.

El conflicto colombiano ocasiona al Ecuador un gasto de unos 100
millones de dólares al año que podrían servir para combatir la pobreza y
atender las múltiples necesidades sociales insatisfechas.

Con un pie de fuerza de 406.022 soldados y un presupuesto de 7000
millones de dólares y un enorme apoyo económico, militar y tecnológico
de Estados Unidos, el Estado colombiano se muestra incapaz de controlar
sus fronteras, pretendiendo “derramar” el conflicto a sus vecinos e
involucrarlos en una guerra que no es la suya.

Una cosa que no dice la versión sesgada de El País es que el Ecuador es
más bien el “santuario” de los refugiados que huyen de la violencia
desencadenada por todos los actores armados de Colombia. Alrededor de
medio millón de colombianos han sido acogidos en el Ecuador, de los
cuales 58.000 son refugiados.

Propaganda “blanca”

Según el ya citado Cuevas Mardones, la propaganda “blanca” utiliza
“información verídica, pero que igualmente está seleccionada y
presentada de modo que pueda ejercer el efecto buscado sobre quienes la
reciben”.

El aparato mediático del continente tiene una visión reduccionista del
conflicto colombiano que ya lleva 60 años, descargando todas las culpas
sobre las FARC como si éstas fueran el único actor armado responsable de
la violencia. (Para que no haya dudas sobre nuestro criterio sobre las
FARC, suscribimos lo que señala el periodista uruguayo Raúl Zibechi: “Lo
primero que llama la atención, es la falta de pudor de los actores. Las
FARC se presentan como una organización revolucionaria y popular pero
son en realidad un grupo armado que viola los derechos humanos, recluta
menores a la fuerza, abusa de las mujeres y de los rehenes que mantiene
en su poder y se financia gracias al narcotráfico. Muchos países lo
consideran terrorista”).

De las FARC también habría que decir también que cuando crearon un
partido político, la Unión Patriótica, para intervenir en la vida
democrática, más de 3000 de sus miembros fueron asesinados.

En el conflicto colombiano se identifican “cuatro capas armadas”:
fuerzas armadas, las guerrillas, los paramilitares y los
narcotraficantes. Un quinto elemento que habría que agregar es Estados
Unidos que provee financiamiento militar (Colombia ocupa el tercer lugar
en la ayuda militar estadounidense después de Israel y Egipto),
asesoramiento militar, información y tecnológica de punta. Cada uno de
estos actores tiene sus propias responsabilidades en las cifras de la
violencia: cuatro millones de desplazados, 30.000 desaparecidos, 3.500
masacres, 3.200 secuestrados, cientos de miles de muertos, y cientos de
miles de fosas comunes.

Si hubiera un real interés de los grandes medios por impulsar una agenda
de paz tendrían que informar con la verdad. Los medios se hacen eco de
los secuestrados pero se olvidan de las demás víctimas de la violencia:
refugiados, desplazados, familiares de desaparecidos, viudas, víctimas
de tortura, familiares de sindicalistas, indígenas, afrocolombianos y
periodistas asesinados… ¿Por qué solo fijarse en las FARC y no referirse
también a los paramilitares y al Estado colombiano que desde julio de
2002 a junio de 2006 es responsable de 955 ejecuciones extrajudiciales y
235 desapariciones forzadas, según el Colectivo de Abogados “José Alvear
Restrepo” de Colombia?

Debemos desmenuzar todas las aristas del conflicto indagando las causas
que lo generan y perpetúan. Una mirada sesgada y parcializada no ayuda
a formar opiniones certeras del conflicto y sus posibles salidas La vía
de la guerra no ha contribuido a resolverlo en más de 6 décadas porque
no se han abordado las situaciones de exclusión, inequidad, impunidad e
injusticia que lo alimentan ¿Por qué no prestar atención a los
planteamientos de solución política al conflicto propuestas por partidos
como el Polo Democrático de Colombia, organismos de derechos humanos,
sindicatos y ciudadanos y ciudadanas que últimamente se han movilizado
masivamente en busca de la paz?

- Eduardo Tamayo G. es periodista ecuatoriano.

* Artículo completo y notas en: http://alainet.org/active/22928


Más información: http://alainet.org

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