domingo, 12 de julio de 2009

Entre la anarquía y la inseguridad







Caricuao, hermosa parroquia del Municipio Libertador del Distrito Capital, otrora hermoso lugar, donde discurría la vida de sus habitantes en forma tranquila y apacible, rodeado de cuatro parques y con un clima que nada tiene que envidiarle a la Colonia Tovar, ahora se ha convertido en un lugar extremadamente peligroso para vivir.
La inseguridad está en todos los sectores, en cualquier lugar atracan a los estudiantes, adultos y hasta niños. Ahora, no se sabe que «sabandijas» se han dado a la tarea de secuestrar niños, niñas y hasta adolescentes de las cercanías de las escuelas y liceos.
Anfiteatro Sector UD3
El bulevar, que debería servir para el esparcimiento de los vecinos, es un lugar que genera zozobra en los padres y representantes, pues los estudiantes se jubilan de las aulas de clases, (sobre todo de los liceos) y se la pasan tomando licor y quien sabe que otras sustancias en el Anfiteatro.
Plaza Bolívar de Caricuao
Lo mismo en la plaza y parques del sector CC2, donde destrozaron los columpios que eran para los niños de la zona y no es raro ver a las escolares en grupos haciendo quien sabe qué en horas que deberían estar dentro del plantel estudiando. No es difícil encontrarlos agrupados y se les reconoce fácilmente con las camisas de colores kaky y azules. Las niñas sentadas en las piernas de los muchachos, y lo peor, si alguien les reclama algo salen con unas vulgaridades que ni se escuchan en los bares de mala muerte.
Por otra parte, dos individuos en una moto, también se han dado a la tarea de atracar a las personas, les disparan en las piernas y las despojan de sus pertenencias. Ya hay víctimas de estos degenerados. Las autoridades policiales están investigando. Los estudiantes de la Misión Sucre, de la Aldea Universitaria José Agustín Marquiegui, en el sector UD3, también han sido asaltados cuando salen de clases y cuando bajan por la vía principal hacia el bulevar.
Igualmente se reportan asesinatos dentro de los militantes del PSUV como es el caso del joven que murió en el barrio La Montañita por un desconocido que sospechamos era un sicario. Aunque algunos vecinos señalan que se equivocaron de persona y le quitaron la vida a un inocente.
En la entrada a los liceos se instalan vendedores de drogas que están destruyendo nuestra juventud, por eso es necesario que la policía escolar esté apostada en cada centro educativo pero muchas veces no hay una autoridad que vigile que estas cosas no pasen en los planteles donde estudian nuestros hijos. También es común ver y muchos vecinos lo corroboran, que después de cantar el himno nacional en algunos centros educativos, algunos grupos de estudiantes permanecen durante mucho rato esperando por el profesor que llega retardado o no llega a cumplir con sus funciones, por las cuales les pagan.
Los estudiantes no reciben la mejor educación en los planteles: así como hay buenos profesores que, cada día, tratan de formar a los estudiantes dentro de un proceso inclusivo y de amor a los estudios hay otros que los castran con su manera de actuar, exigiéndoles trabajos extremadamente extensos, son ofensivos con ellos, los humillan y maltratan delante de sus demás compañeros y se creen con el poder de dañar la autoestima de estos jóvenes que están en pleno proceso de formación y es cuando necesitan ser tratados con amor, respeto y consideración.
Los padres y representantes tienen mucha responsabilidad en esta situación pues creen que con inscribir a sus hijos en las escuelas y liceos, comprarles los útiles y mandarlos a estudiar es suficiente; es necesario que se involucren en su formación, junto al docente y estar pendientes de lo que hacen tanto en el plantel como en la calle. Pero muchos creen que la escuela o liceo es una guardería que debe encargarse de la educación de sus hijos mientras ellos trabajan o están ocupados en otras cosas.
A tal grado ha llegado esta situación que, por ejemplo en la UENB María Taberoa, la directora llamó urgente a una reunión a los padres y representantes de los estudiantes de 5to. y 6to. grado, quienes no respetan a sus compañeros, no obedecen a sus maestr@s. Después de la hora de salida se quedan por los alrededores de la escuela y los padres no están al tanto de lo que hacen sus hijos y del peligro que puedan correr en la calle. La directora dijo que el abuso de los padres ha llegado al extremo de no buscar a sus hijos y ella y otros docentes han tenido que llevarlos a sus casas o dejarlos en la jefatura civil.
También tenemos un problema grave con los buhoneros ubicados en la avenida principal del sector UD3 que han ocupado las aceras desde hace mucho tiempo sin que las autoridades tomen medidas para que se respeten los espacios que son de los peatones. Y ahora, no sé que va a pasar después de las muertes causadas por un camionetero que no se sabe si venía picando con otro como dicen los vecinos del sector CC2 y que se quedó sin frenos... pero, las víctimas estaban en la vía esperando un transporte, cuando deberían estar en la acera que ahora están ocupadas por los buhoneros. En este sector impera la anarquía y los carros, además de la economía informal, se paran donde les da la gana, los dueños de las camionetas de pasajeros tienen una rockola ambulante con una música a todo volumen que estresa a los usuarios. Además que el pasaje lo aumentaron (Alcaldía-transportistas), sin la participación de las comunidades, tenemos que calarnos música estridente, choferes abusadores que no respetan el derecho de los adultos mayores y se quejan porque «ya van 5 viejos que se montan sin pagar» y chillan porque los repuestos están caros, que «cuando yo voy al mercado nadie me da nada de gratis» y lo lamentable es que algunos usuarios apoyan la conducta excluyente de estos transportistas...




Lo mismo las invasiones de zonas verdes. Desde la autopista, llegando a Caricuao, se observa como siguen aumentando las casas en el Parque Universal de La Paz. En la UD2 hicieron un barrio completo y según denuncias de algunos vecinos, una sola persona invadió, y vendió los espacios a 20 millones de BsF. a personas necesitadas de vivienda, quienes construyeron sus casas y ya hasta lo consolidaron porque enseguida conformaron un consejo comunal que, al parecer les da legalidad ante las autoridades que, en un principio dieron la orden de desalojo, firmada por Bernal, el anterior alcalde del municipio Libertador, pero esta acción nunca se llevó a cabo. Esperamos una mayor acción del gobierno parroquial y la contraloría social que deben hacer las comunidades. Redacción: Judith Casanova
Editorial publicado en La Columna de Caricuao Nº 78 Mayo 2009

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