lunes, 5 de mayo de 2008

Las 7 potencias del golpe

CTV, Fedecámaras, Fuerza Armada (sectores), Iglesia Católica, medios, Pdvsa y sociedad civil, fueron las 7 fuerzas que impulsaron y apoyaron el golpe de Estado, señala Eleazar Díaz Rangel, periodista y director del diario Últimas Noticias, en su columna dominical Los Domingos de Díaz Rangel.

Caracas, 13 de abril de 2008/ A continuación transcribimos íntegramente el artículo de opinión, publicado este domingo en el diario Últimas Noticias:

Las 7 potencias del golpe

Muchos de sus partidarios criticaron al presidente Chávez porque cuando recupera el poder, el 14 de abril, pronunció un discurso, para muchos, demasiado conciliador. En esa línea encargó al vicepresidente José Vicente Rangel para organizar un amplio diálogo nacional en busca de acuerdos y coincidencias, que se cumplió en medio de abandonos y deserciones.

¿Cómo explicar esa conducta de un presidente que había regresado victorioso después de haber sido desplazado del gobierno mediante un golpe de Estado? Veamos cuáles eran las 7 fuerzas que impulsaron y apoyaron el golpe.

Las cito en orden alfabético: CTV, Fedecámaras, Fuerza Armada (sectores), Iglesia Católica, medios, Pdvsa y sociedad civil.

Como se demostró seguidamente, y quedó nítidamente expresado en el paro-sabotaje 2002-2003, con la excepción de la Fuerza Armada, todas las demás permanecieron intactas. Las manifestaciones del 2002, comenzando con las del 1º de Mayo, etc, siguieron siendo multitudinarias, y a la hora de medirlas en el referendo de 2004 sacaron 40% de los votos.

Pdvsa siguió en manos de opositores. Ni la CTV ni Fedecámaras sufrieron cambio alguno. Tampoco en la Conferencia Episcopal y en los medios los hubo hasta el referendo.

De las "siete potencias" adversarias, la única disminuida fue el sector golpista de la FAN. A pesar de que fueron absueltos por el Tribunal Supremo -dominado por la oposición-, más de 300 oficiales fueron pasados a retiro, a disponibilidad o desplazados de sus mandos operativos en un período de varios meses. Eso explica que aun cuando el paro-sabotaje se prolongó durante 62 días, ni una unidad, batallón o simple compañía, pese a todas las exhortaciones e instigaciones desde afuera, se alzó ni intentó hacerlo y no hubo insubordinación alguna.

Esa nueva victoria inició un proceso de pérdida de fuerzas en las otras seis "potencias", de afianzamiento que se consolidó durante el referendo de agosto del 2004.

Eleazar Díaz Rangel

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