El Domingo de Resurrección 2008 precede a la conmemoración del paso, cuando "El corazón de El Salvador marcaba 24 de marzo y de agonía", como lo menciona el obispo catalán brasileño Pedro Casaldáliga, del Obispo Romero a su acogida como Santo Latinoamericano y Caribeño. Una canonización hecha ecuménicamente, no por autoridades eclesiásticas, sino por comunidades populares de todo el continente mestizo, el mismo sobre el cual, previó "Si me matan, resucitaré en mi pueblo."
El hermano Oscar Arnulfo, pastor y ejemplo de verdadero discípulo y misionero del Resucitado, inspira desde 1980 ya no solo al pueblo salvadoreño, sino a todas las comunidades de buena voluntad del mundo entero, en este cambio de época. Pues su figura serena en medio de la horrible tensión de la guerra, actuando proféticamente, para bajar de la cruz a su pueblo crucificado es una de las fuentes de inspiración ética y espiritual de la actuación de comunidades y movimientos sociales que hacen su aporte por lograr otro mundo posible.
La trascendencia del Obispo mártir se hace sentir inspirando a las comunidades diversas iglesias cristianas a hacer su aporte para una misión común en función de una comunidad de comunidades que constituya la iglesia de la liberación, que opte por el pobre, contra la pobreza y por la vida, los medios de vida y la libertad.
Su testimonio y espíritu también se hace presente en diversas formas en
Resucita Romero animando las misiones de intercambio entre comunidades solidarias de Estados Unidos con su pueblo, en los esfuerzos constantes por solicitar mediante manifestaciones y acciones cívicas el cierre de
Resucita también en los esfuerzos internos de cada movimiento social transformador en corregir sus propias fallas y errores internos, por distorsiones mezquinas y llamando a superar los fanatismos y sectarismos que impiden avanzar en el camino liberador. Inspirando así a la actual necesaria conciencia planetaria en función de la paz con justicia y responsabilidad con la creación.
Hoy con Casaldáliga, muchas comunidades cristianas y de buena voluntad del continente dicen "Estamos otra vez en pie de testimonio, San Romero de América, pastor y mártir nuestro. Romero de la paz casi imposible en esta tierra en guerra. Romero en flor morada de la esperanza incólume de todo el Continente. Romero de
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